29 y 30 de marzo
en Escuela de Chillepín – Provincia del Choapa - Chile
En la primera
jornada, los jóvenes, muchos de los cuales por primera vez participan en este
tipo de actividad, se dividen en alianzas para competir en las “Eco-olimpiadas”,
de esta manera se permite la convivencia y compañerismo entre estudiantes de
distintas escuelas y realidades. La primera actividad consistió en el
reconocimiento de la biodiversidad del entorno de la escuela de Chillepín, para
más tarde exponer frente a sus compañeros; de esto resultaron interesantes
trabajos que dan cuenta de la experiencia de los niños y niñas, así como su
creatividad, imaginación y respeto por el medioambiente. Posteriormente se realizaron actividades recreativas como el
“bachillerato ecológico”, cuya idea fue registrar los problemas ambientales en
el mundo, además se realizaron actividades deportivas por equipo.
En tanto los
profesores Cintia Hernández, docente de la escuela Juan Carrasco Risco de
Illapel y Nelson Castro, docente de ciencias del colegio Cambridge School de
Salamanca, que por primera vez participan en este campamento, manifestaron que
estas actividades son perfectas para enseñar y poner en práctica los
conocimientos de sus alumnos como una forma de hacer más entretenida la educación
y aplicar la ciencia.
Una de las actividades
de la jornada, correspondió a la planificación anual de actividades de
Ecoclubes Choapa, y en que los propios integrantes manifiestan su opinión
respecto de lo que quieren desarrollar en pos de cuidar su entorno y llamar la
atención y conciencia de la comunidad por el deterioro del medioambiente y cómo
cuidarlo; por lo pronto se está planificando el aniversario de Ecoclubes para
los meses de abril y junio, y diversas campañas ecológicas.
Débora Trigo,
estudiante del Liceo Nicolás Federico Lohse de Los Vilos, Matías Cataldo de la
escuela Cumbres del Choapa de Salamanca, manifestaron que lo mejor de los
campamentos es aprender a cuidar el planeta para que las familia vivan mejor, pero
también es la oportunidad de incentivar a los demás para que imiten estas actividades,
llamando la atención respecto de que el
mundo tiene problemas y que son muy pocas las personas que tratan de arreglarlo.
Este campamento
también es propicio para observar y motivar a nuevos integrantes de los
ecoclubes, según expresa el profesor Alberto Flores de la escuela básica de
Chillepín, “uno ve que hay interés, ganas de hacer cambios en el medioambiente,
allí es donde vez el fruto que se ha generado después de tres o cuatro años de
trabajo con los chicos, quizás no es tan vistoso como algunas cosas, pero a
medida que va creciendo va dejando frutos”
Finalmente
Javiera Novoa y Fiorela Rojas del Colegio San Francisco Javier de Los Vilos,
Máximo Briceño de la escuela San Isidro de Cuz Cuz, quien participa por primera
vez en el campamento, y Paul Acevedo de la escuela Villa Los Naranjos de
Illapel, demostraron lo que este campamento genera como es la amistad y
compañerismo, además disfrutaron y aprendieron en cada actividad, una forma de
exteriorizar lo que significa pertenecer a un ecoclub.